Tú...¿Quién eres tú?

¿Qué fué de tí?

Esa persona alegre, abierta que disfrutaba de la compañía de los demás ha desaparecido. En su lugar hay alguien que pasa las horas muertas sin hacer nada. Siempre en el mismo lugar, sin hablar, sin sentir.
LLora, se siente solo, pero no tiene fuerzas para levantarse y poner remedio al vacío que hay en su vida. Sueña. Le hubiese gustado hacer tantas cosas, pero en lugar de eso, continúa en el mismo lugar.

Cuando sale de vez en cuando a encontrarse con su gente, no sabe que hacer para pasar el rato, hace lo que todos hacen, dice lo que todos dicen, siente lo que todos sienten, NADA.

¿Qué fué de él?

Romántico escritor que un día se dió cuenta de que vivía en una fantasía. El romanticismo había acabado en este mundo y él era de los pocos que quedaban. Se sentaba a la sombra los días de verano a escribir sobre sus sentimientos, se llenaba con el perfume de las flores de su jardín y visitaba a su enamorada para colmarla de poemas.
Hasta que se dió cuenta de que a ella no le importaban, ni sus poemas, ni él siquiera. Ella se había marchado en la moto de un tío cachas, porque al fin y al cabo, eso era lo que estaba de moda, la apariencia.

Y así nuestro escritor se convirtió en una persona triste y gris, que se encerró en sí mismo. No volvió a escribir, no volvió a sentir, no volvió a amar.



Yo tambien soy una romántica. Seguramente conozco muchos más sentimientos que tú, emociones y sentidos que tú nunca llegarás a conocer. Tú, pasto de la sociedad, otra oveja más que te refugias en el rebaño para ser aceptado, para ser tratado como un igual. A veces es mejor ser tachado de diferente, de ser especial, no por lo malo, sino por lo bueno.

Romántica, soy consciente de que sufro más que tú, lo vivo todo más intensamente, conozco el dolor, pero tambien el amor, no escondo mis sentimientos, sino que los grito para que todo el mundo los escucha, esa es una de las cosas que me hacen ser especial.

Y tú, oveja del rebaño, deberías aprender a hacerlo tambien. Hazlo.